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Cosas que hacemos y decimos la gente-por Blanca Gómez López

21/05/2007

Hoy tres de mis alumnos han recibido una grata noticia de mi parte: han aprobado la tercera evaluación de una asignatura -cuál, no es relevante- de la que hasta ahora no habían aprobado ni un solo examen. La posibilidad de superar la asignatura completa en junio se limita para ellos, ahora, a la superación con éxito de una prueba final que tendrá lugar pasado mañana y que comprenderá únicamente aquello que todavía tenga suspendido cada uno.

Aprobar dos evaluaciones en dos días es, a todas luces, muy complicado. De hecho, no habiendo comenzado a estudiarlas, el haber superado la tercera no es sólo poco útil de cara a aprobar la asignatura: es, incluso, contraproducente. Como poseen, y lo sabemos porque la han aprobado, conocimientos correspondientes a una de las evaluaciones, tendrían más posibilidades de hacer un examen final digno si éste comprendiera las tres.

Pero no es el caso: sólo les preguntarán sobre aquello que todavía ni han leído. Todo se pone demasiado complicado, habría sido más útil estudiarse la tercera pero no presentarse, y esperar al examen final.

Sin embargo, la noticia les ha inyectado una dosis de vitalidad para afrontar el estudio de la asignatura como ninguna otra cosa hasta ahora: si han aprobado una, pueden aprobarlo todo. Y, para ello van a matarse a estudiar, y probablemente suspenderán, pero probablemente también después de ese matarse estarán más cerca de aprobar de lo que lo han estado nunca.

La información que nos llega del entorno - como seres vivos que han de procesarla y crear respuestas que aseguren la propia superviviencia- es , en el caso de los seres humanos que conozco, prácticamente irrelevante. No porque no condicione de manera definitiva nuestras acciones, sino por el sentido en que lo hace. No es irrelevante su existencia; no lo es, tampoco del todo, su contenido. Sí lo es, sin embargo, el signo de éste: tanto la afirmación como la negación del mismo enunciado "por parte del entorno" pueden provocar idénticas interpretaciones por nuestra parte.

Cómo reaccionamos ante lo que nos pasa es una variable relevante de cómo lo entendemos. Cómo lo entendemos, no lo es del contenido real de las experiencias. No lo es, en absoluto, de "lo que nos pasa".

Para que lo sea de manera eficiente, para no caer en la incoherencia, existen ya elaboradas teorías sobre toma de decisiones. Vaya, que no es que no esté todo dicho al respecto. Es que yo, hoy, lo vuelvo a decir.

2 comentarios

blan -

En absoluto, claro.Lo que mola es simplemente que lo entendamos tan mal todo a veces.Lo de que la negación provocaría la misma respuesta sólo es para reflexionar sobre lo erróneo del entendimiento, es decir, obviamente no es lo lineal ni lo que pasa siempre.

Manolo -

Los alumnos podrían ser más espabilados y catear adrede la tercera, pero en realidad lo que han hecho es lo que, como regla general, ayuda mejor a sobrevivir: intenta aprobar todo lo que puedas, siempre que puedas.
Lo difícil es saber si las ventajas que proporciona el ser más flexible y suspender o aprobar dependiendo del contexto son más que los inconvenientes (uno tiene que tomar las decisiones más lentamente).

Que a veces (en casos muy concretos), conocer que p y conocer que no-p pueden provocar la misma respuesta no quiere decir ni mucho menos que eso siempre sea así, ¿no?