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Cosas que hacemos y decimos la gente-por Blanca Gómez López

26/10/2007

Hace ya días, uno que llovía un montón, me encontraba yo realizando un trayecto de vuelta hacia casa en autobús. No recuerdo bien desde dónde, pero desde luego era hacia casa y era en autobús.

Dadas las adversas condiciones climatológicas difícilmente podrían haberse introducido más usuarios en aquel habitáculo. Esto lo digo para defender que mi intromisión en la conversación ajena que paso a relatar hoy es, en cierta medida, un poco menos impresentable de lo normal.

A mi lado, tan a mi lado como se puede llegar a estar, se encontraban dos niñas de unos once años de edad. Las dos era rubias y delgadas. Vosotros os preguntaréis qué diantres os importa eso, pero es que esto va hoy de roles sociales, de agrupaciones de roles sociales y de relaciones entre agrupaciones de roles sociales. Y claro, pues eso. Que sí os importa.


Entonces, pues eso de nuevo: que la conversación se desarrolló como sigue¹.


(1) Léase, en su totalidad, intentando recrear un cierto tono de pretendido escepticismo onceañero. Las protagonistas van a la misma clase, pero cuando no coinciden en el autobús, su relación no existe.


- A ver, que tú me caes bien, si yo siempre lo he dicho. Son el resto de las que van contigo, que son un poco creídas.

- Ya, bueno, en realidad no me extraña mucho, porque es que lo de alguna es un poco fuerte.


(...) Aquí me perdí cosas. Qué falta de profesionalidad por mi parte.


- Y luego está Marta, que he visto que a veces te vas con ella.

- Ya. Es un poco tonta, si la verdad es que sí, pero es que a veces la tengo que defender, porque es que éstos se pasan mucho.

- Bueno, no sé, es que son tan graciosos, también.

- No, si a mí son los que mejor me caen de la clase, está claro, pero es que a veces se pasan un montón.

- ¡Uy! Si yo bajo aquí. Bueno, ya nos veremos.

- Vale.


En fin: que todos hemos tenido once años. No voy a venir yo aquí hoy a pretender explicarle a nadie cuan complicado es tener once años a nivel social. Y digo complicado, eh, no difícil, que lo difícil sí depende más del lado del mundo en que le toque a uno jugar, y sin embargo no así la complejidad del juego.

Lo que me parecía hasta cierto punto revelador, y por tanto entretenido de expresar aquí, es el hecho de en qué medida -en mucha, es la tesis- este entramado social, que habíamos creído dejar atrás, se parece al sofisticado tejido social treintañero en que nos parece movernos hoy.


La propuesta es: yo hago el dibujo, y vosotros le ponéis los nombres que os parezca que corresponden en vuestro caso. Bueno, también deberíais entreteneros emparejando vuestros 1, 2, 3,4 y 5 con los de las niñas, y así, pues vemos el paralelismo que decía y las tonterías que me dedico a hacer en mañanas como hoy.

4 comentarios

mots -

ahora mejor, gracias. y yo también soy fans

blan -

Creo que ya está, lo del fondo. Ya, yo también soy tan fan.

Axl -

A ver si puedes conseguir las señas de la chiquilla que dijo esto:

- A ver, que tú me caes bien, si yo siempre lo he dicho. Son el resto de las que van contigo, que son un poco creídas.

Quiero fundar un club de fans suyo.

mots -

blanca querida, cambia el color de la letra o del fondo para que contrasten un poco más, que me dejo los ojos cada vez que leo alguno de tus preci(o)sos textos. besos.