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Cosas que hacemos y decimos la gente-por Blanca Gómez López

11/11/2009. Un año después, vuelvo.

Javi y Victor se han liado. Los de Fama, sí, qué le voy a hacer si soy débil y en este momento mi contacto con la realidad tiene lugar en parte a través de según qué parcela de la programación de según qué cadena. Se han liado, y ese hecho, lejos de no haber tenido repercusión alguna en la vida de la academia, las ha tenido. Y muchas.

Pero la que más me interesa es la que afecta a Juan, porque Juan opina que es muy fuerte que se hayan liado para tener más puntos de quedarse en la escuela, caso de ser nominados, porque todo el mundo sabe que esas cosas, al público, le encantan.

Y esa reacción me interesa, sobre todo, porque ha tenido, a su vez, otra: Javi y Victor opinan de Juan que quiere separarlos, porque inventarse semejante burrada, para qué va a ser, si no.

 

Es gracioso. Tanto Juan como Victor, y por supuesto también Javi, opinan que involucrar de alguna manera una relación sentimental en una mentira para no ser expulsado de la escuela es un acto deplorable. Y por tanto ninguno de los tres cree estarlo haciendo, claro está. Ni se les pasa por la cabeza. Juan opina que lo es, y por tanto no puede habérsele ocurrido a él, al menos no de la nada. No ha podido concebir él solo algo que considera ruin; bueno, igual sí hubiera podido concebirlo, pero inmediatamente después se habría dado cuenta de la ruindad de tal concepción y simplemente no hubiera dejado que saliera de su cabeza. Siguiendo ese razonamiento, Juan piensa que si ha visto indicios de tal degeneración, es que por fuerza la hay. Victor y Javi, por su parte, opinan que ha tenido que ser Juan el que haya creado la idea atroz de que tal mentira sea posible, porque desde luego no se reconocen en su historia.

Tantas veces son así, las cosas, tantas veces opinamos unos y otros que lo mismo, la misma cosa, está mal hecha, y tantas de esas veces les imputamos la acción objeto de juicio a esos otros, o a esos unos, y viceversa. Y todas esas veces nos olvidamos, todos los involucrados, de a quién se le ocurrió la posibilidad misma de la existencia de esa maldad. Y no es que yo diga que tendríamos entonces que buscar al verdadero inventor de la idea, porque casi nunca existe del todo, al menos no como lo imaginamos. Pero sí habríamos de dedicar más tiempo a investigar si realmente alguien ha llegado a actuar mal, y cómo, en caso de que la respuesta sea negativa, se ha llegado a pensar todo lo que se ha llegado a pensar. Porque, fijémonos, en este momento Victor y Javi ya ni siquiera detestan a Juan por haber tenido semejante idea; le detestan porque quiere separarlos, según su propia indignación. Nadie repara ni por un segundo en que nadie ha mentido a propósito.

 

Pero lo más raro de todo no es el hecho de que muchas veces olvidemos demasiado pronto cómo nacen determinadas acusaciones mutuas: lo más raro es que, la mayoría de estas veces, la razón por la cual resulta tan fácil olvidarse de ellas es que nuestras acusaciones no vienen causadas directamente por la acusación previa y en sentido opuesto. Me explico: si lo que molestara a Juan, de alguna manera, fuera realmente que Victor y Javi se enrollaran, y quisiera influir en cambiar esa realidad, les acusaría premeditadamente, y entonces recordaría haberse inventado él la acusación. Si Victor y Javi, al escucharla, tuvieran el objetivo de rebatirla, de convencer al resto de que es falsa, recordarían claramente que es Juan el que se la ha inventado -o, en el caso de sentirse ofendidos por opinar que es verdadera, recordarían perfectamente ser ellos los culpables de que exista tal acusación-. Pero como ni Juan reacciona únicamente a los besos, ni Victor y Javi a la acusación de Juan, nadie se puede acordar del origen de la última, o primera, según se mire. El uno simplemente se siente amenazado como concursante de Fama. Los otros, como amantes.

 

Resumo ya. Los hechos han tenido lugar en el orden siguiente, aparentemente causados por el inmediatamente anterior:

J. y V: se enrollan >J. Les acusa de fingir para no ser expulsados >J. y V. acusan a J. de querer separarlos.

Sin embargo, va a ser que las causas últimas de cada hecho son:

Juan y Victor se enrollan porque se atraen.

Juan opina que lo hacen para no irse porque no piensa en otra cosa.

Juan y Victor opinan que les quieren separar porque así crean una brecha entre ellos y el mundo que haga de su recién estrenada intimidad una que merezca la pena defender.

Esto es, el hecho inmediatamente anterior a cada uno es un gatillo, eso sí, pero no la verdadera causa de cada reacción. Las verdaderas causas están tan alejadas, tienen tan poco que ver con la persona que tienen enfrente, que no es que ninguno de ellos esté pensando en entenderse, sino que no lo están haciendo ni siquiera en pelearse.

5 comentarios

blan -

Ups, gracias. Corregido.
Chiste a lo hermanos Marx, hubiera sido de ser premeditado.Muy grande.

Jr -

En el resumen se enrollan Juan y Víctor.

Me'liao.

cler -

Iros a la porra...me siento marciana.

Blan -

:)
Qué va, durante el año lo que he hecho -en este sentido, entiéndase- es el vago, hay que ver hasta qué punto deja uno de pensar cuando no lo necesita...
Pero tienes razón en una cosa: Victor y javi eran motor suficiente para volver a hablar.
Me encanta saber que eres fan de Jenny. Yo soy más de Keko.
Fanes insospechados.

mots -

te imagino durante el año, analizando cientos de actitudes, meditándolas en silencio, trazando hipótesis, aventurando posibles soluciones...
pero es que esta vez ya ha sido demasiado fuerte, victor y javi. esta vez necesitabas compartirlo.
me encanta que hayas vuelto, querida. y añadiré algo, al principio creí que la odiaba pero cada día que pasa soy más fan de jenny. es lo más!
beso fuerte